Santiago Herrera. 30 min. Colombia. 2000.

“Hablo de la ciudad que amo, de la ciudad que aborrezco”. Este verso del poeta José Manuel Arango resume y sintetiza el espíritu de este documental que representa el paso de un día por esta ciudad “Entre Montañas”. Entre el amanecer y el anochecer, desde cuando “los hombres comenzaron a regresar de sus sueños” y cuando “estos montes caen sobre la ciudad, hechos de tiniebla, deshechos en tiniebla”, el universo de imágenes y sonidos del Medellín del año 2000, nos describen una representación poética de la vida y la muerte en esta ciudad, tras la pista de los versos del poeta.
El proyecto documental “Entre Montañas” es resultado de la primera convocatoria de beca de creación de cortometraje de la Dirección de Cinematografía del Ministerio de Cultura de Colombia, llamada “chiquitos pero picosos” del año 2000.
“Entre Montañas” surgió de la lectura inicialmente del libro de poemas “Montañas” y luego de toda su obra poética, tras mi retorno de Alemania a dónde realicé el Magister en Artes Visuales con énfasis en cine Documental. La lectura de sus poemas me permitió el retorno espiritual a mi ciudad y mi entorno, acercarme al encuentro de mi identidad cultural, tras mi exilio voluntario. El poema “Montañas I” fue el punto de partida y constituye parte esencial del espíritu de esta obra:
Montañas
1
Nada en ellas es blando.
No son éstas, por cierto,
las formas de una tierra
llana y amable.
Aquí hay breñas y riscos, no redondas
colinas. Su apariencia
hace saber la roca
de la entraña: osaturas,
declives mondos.
Ya los mismos nombres
con que hablamos de ellas
dicen lo que son: una sierra,
el boquerón, el cerro,
la cuchilla.
Líneas secas,
tajantes.
Y esa luz,
esa reverberación de la luz,
esos desfiladeros deslumbrantes.
2
Dáme, dios,
mi dios,
mi diosecito pequeño,
rústico:
tú,
a quien creo acariciar cuando le paso por el lomo
la mano a mi perro,
dáme
esta dura apariencia de montañas
ante los ojos siempre.
A partir de la sensación que tuve tras la lectura de este poema y posteriormente de toda su obra, desarrollé la idea de expresar mi reencuentro con mi ciudad tras 5 años de ausencia, a partir de una identidad difícil, pero cierta que se resume en el verso: “hablo de la ciudad que amo, de la ciudad que aborrezco”.
Emprendí entonces una larga labor de decantación de la lectura de los poemas y de la concepción de una propuesta fílmica que no cayera en la visualización literal de los poemas, sino en partir de ellos para crear una obra cinematográfica propia que partiera de los poemas para transformarse en poesía visual y sonora.
A lo largo de un año recorrí la ciudad, caminé sus calles y sus barrios, fotografié las montañas desde la ciudad y la ciudad desde las montañas que la rodean. Identifiqué puntos de vista, costumbres cotidianas, gestos, personajes que me ayudaran a representar esa atmósfera de ciudad que buscaba tras el retorno y la lectura poética que me hablaba de Medellín, de la vida y de la muerte.
Todos los aspectos cinematográficos del documental se rigieron por el concepto propio desde la dirección acordes con una representación propia de la ciudad, tras mi retorno.
El documental por lo tanto no se abstiene de propiciar situaciones o incluso de ponerlas en escena a la manera del fundador del género documental Robert Flaherty, quien en Nanook el esquimal, dijo, represento la realidad ficcionalmente.
Octubre 25 sábado // 5:00 p.m. Conversación con el director Santiago Herrera, Tomás Campuzano y Daniel Cortés responsables de la restauración.
Museo de Arte Moderno de Medellín – MAMM